José de Salamanca y Mayol, formado en filosofía y derecho, fue un influyente estadista y hombre de negocios durante el reinado de Isabel II. Hombre de grandes actividades financieras y políticas, nombrado Marqués de Salamanca en 1863 y Conde de Llanos en 1864.
Fue diputado por Málaga, su tierra natal, y se enriqueció gracias al arrendamiento del monopolio de la sal y la Bolsa.
Con un considerable capital en el bolsillo y el apoyo de influyentes banqueros y comerciantes, Salamanca comenzó a diversificar su negocios a partir de 1844, constituyendo una serie de empresas dedicadas al comercio, seguros, explotación minera, tabaco, un banco (el Isabel II) y diversos proyectos ferroviarios, entre los que destacan el de Madrid-Almansa-Alicante.
Además de sus proyectos ferroviarios urbanizó el barrio madrileño de Salamanca, intervino en el ensanche de San Sebastián (1881) y se le otorgó la construcción del Canal del Duero. Entre sus aficiones debemos resaltar la de coleccionista de pintura antigua.